El secreto del pirata del mar by Marilyn Ezzell

El secreto del pirata del mar by Marilyn Ezzell

autor:Marilyn Ezzell [Ezzell, Marilyn]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Novela, Juvenil, Intriga
editor: ePubLibre
publicado: 1984-04-15T00:00:00+00:00


CAPÍTULO XII

LA CASA LLENA

En cuanto Hector Avery hubo cerrado la puerta, la persona que estaba entre los arbustos se incorporó yendo a asomarse a una esquina de la casa. Susan pudo verle muy bien cuando le alcanzó de lleno la luz del porche. Era un hombre corpulento de mediana estatura, cabellos oscuros, y cara de hurón. Salió rápidamente de su escondite y echó a andar hacia la carretera principal. Varios minutos después Susan oyó el ruido de un automóvil.

«Gracias a Dios que le vi la cara —pensó saliendo de detrás del peñasco para dirigirse a los árboles—. Si vuelvo a verle, le reconoceré. ¿Quién será? No es posible que estuviera escondido entre esos arbustos por casualidad. Debía saber que Clyde Sindar iba a venir esta noche, ¿pero cómo lo habrá averiguado?».

Mientras Susan regresaba de prisa a la casa de los Grimsby iba dando vueltas al asunto en su cabeza. Aunque Hector Avery le gustaba, cada vez le intrigaba más.

«Hay en él dos personas distintas —pensó—. ¿Por qué vive en constante carnaval, y qué es lo que tienen los Sindar en esa lata de bizcochos por lo que está dispuesto a pagar tanto dinero?».

Cuando Susan llegó a la casa fue recibida efusivamente por Marga que bajó la escalera corriendo y con el rostro sonrojado.

—Celebro ver que estás bien —le dijo—. ¿Qué ha ocurrido? No has tardado mucho.

Brevemente Susan le contó a su amiga todo lo que acababa de suceder.

—¿Y dices que alguien estaba oculto entre los arbustos escuchando la conversación? —exclamó Marga.

—Sí. Se marchó en un coche, pero pude verle muy bien.

—¿Qué vas a hacer ahora, Susi? —le preguntó la joven pelirroja.

—Dormir un poco y luego pensaré qué camino voy a tomar —replicó Susan comenzando a subir la escalera—. Randall llegará mañana por la mañana a eso de las diez.

—Me alegro de que venga —dijo Marga siguiendo a su amiga al piso de arriba—. Karen y Kenneth duermen ya. ¿Vas a contarles todo esto?

—Creo que no —replicó Susan—. Si descubro que Sarla es el rostro del pirata, pueden asustarse. Al fin y al cabo, viene aquí dos o tres veces al día.

—Me pregunto si será prudente dejar que siga viniendo —le advirtió Marga.

—Si le dijésemos que no viniera, se preguntaría la razón —repuso Susan—. No puedo mostrar mis cartas de este modo. De momento no diré nada a Karen y a Kenneth.



descargar



Descargo de responsabilidad:
Este sitio no almacena ningún archivo en su servidor. Solo indexamos y enlazamos.                                                  Contenido proporcionado por otros sitios. Póngase en contacto con los proveedores de contenido para eliminar el contenido de derechos de autor, si corresponde, y envíenos un correo electrónico. Inmediatamente eliminaremos los enlaces o contenidos relevantes.